Por: Marycielo Valdez
“Hace unos días regresé al campo, al campo de Huancayo. El viento frío, el sol caliente, los 3500 metros de altura sobre el nivel del mar, el hambre y el dolor estomacal me hicieron reflexionar sobre la caca. (…)”
Ver trabajo completo en: Entre la caca la rumia y el cambio climático
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